Javier Lozano/Rel (1)
El juicio comenzó, pero la prensa americana no
informa. Las declaraciones son aterrorizantes. Según la policía, la clínica era
un matadero.
El establishment y la cultura de lo
políticamente correcto penetraron en todos los ámbitos de la sociedad. Por eso,
una buena parte de los medios de comunicación no publica directamente nada que cuestione
al aborto y sus consecuencias, ni siquiera sus métodos, aun cuando éstos
impliquen en un exagerado número de muertes.
Si el
aspecto moral no les importa, que por lo menos les importase el legal. Pero no.
Esa cultura
de la muerte, que se reveló en el “caso Morín” (2), de España, llegó también a
los Estados Unidos, donde produjo un completo apagón informativo en lo que debería
constituir uno de los juicios más importantes de la historia de aquél país.
Clavaba tijeras en los bebés
Clavaba tijeras en los bebés
Tratase de
Kermit Gosnell, un auténtico asesino en serie, acusado de haber practicado más
de cien asesinatos, a los cuales deberían sumarse los millares que realizó por medio
del aborto durante más de 30 años. (…).
Mientras
los medios de comunicación de todo el mundo dedican grandes espacios de sus
emisiones televisivas o de las páginas de los diarios a asesinos en serie o a
acontecimientos involucrando niños, en este asunto optaron por el silencio.
Un
americano no sabrá decir quién es Kermit Gosnell, una vez que los grandes
medios de comunicación nada informaron sobre el juicio.
En otros
casos similares, cuyos asesinos en serie estaban en pleno juzgamiento, los
titulares entraban en ebullición, las noticias afloraban y los perfiles de los
asesinos eran más que conocidos. La prensa hacía una fiesta. Pero, en este
caso, no. ¿Por qué? Básicamente porque son víctimas de aborto (…).
El Dr.
Kermit Gosnell fue preso en Filadelfia en 2011, acusado inicialmente del
asesinato de siete recién nacidos y de una joven madre.
Poco
después, las pruebas fueron más allá, pudiendo las víctimas muertas llegar a
una centena, asesinadas después de nacidas y cuyos restos fueron encontrados
esparcidos por varios puntos de la clínica, como si ésta fuese un matadero.
Ante el
silencio generalizado sobre el caso, pequeños medios de comunicación y algunos
políticos pro vida están tentando poner luz y honrar a la verdad dando a
conocer los detalles del juicio y las declaraciones que ratifican el asesinato
de hasta cien personas.
La clínica, un matadero humano
Según el relato,
la policía encontró numerosos restos de bebés en la clínica. Pies de niños
cortados y cuerpos enteros eran guardados en cajas y congeladores en el sótano.
Además, las médulas espinales habían sido cortadas. Un auténtico matadero.
El juicio comenzó
tratando del asesinato de siete niños y de una madre que abortó. Entretanto, la
declaración de los testigos, entre los cuales hay funcionarios [de la clínica],
hablan de un total de cien niños asesinados fuera del útero a lo largo de 30
años. O sea, cifras que pondrían al Dr. Gosnell como uno de los asesinos en
serie más sanguinarios de los Estados Unidos.
Es tal el
silencio de la gran prensa, como NBC, CBS o CNN, e inclusive de las agencias de
noticias, que los telespectadores escribieron a los referidos medios pidiendo
explicaciones de por qué dieron “cobertura cero” al juicio contra Gosnell.
“Todo manchado de sangre”
Por ejemplo, el
republicano Scott Perry, del estado de Pensilvania, criticó al presidente
Barack Obama por ignorar totalmente el proceso judicial en que se juzga a un
acusado de “realizar abortos tardíos y matar una mujer”. Criticase que el
presidente de los Estados Unidos llore por las víctimas de Sandy Hook (3) e
ignore los asesinatos en serie de Gosnell.
Por todo eso, las
terribles declaraciones que están siendo oídas en el juicio tampoco están teniendo
transcendencia. De hecho, el Escritorio del Distrito de Filadelfia afirma que “nacieron
bebés en condiciones de vivir y Gosnell los mató clavándoles tijeras en sus
médulas espinales. Él enseñó a sus auxiliares a hacer lo mismo”.
Al mismo tiempo,
partes y cuerpos enteros se acumulaban en el interior de la clínica. Se puede oír
en las declaraciones: “los muebles y las frazadas estaban manchados de sangre. Los
instrumentos no habían sido esterilizados una y otra vez”.
Además, agregaban
que “la salida de emergencia estaba cerrada con candado y los restos fetales
esparcidos por todas partes, en armarios, en el sótano, en el congelador, en
frascos, bolsas y recipientes de plástico. Era un osario de bebés”.
“¡No tengo tiempo para eso!”
Aparecen también testimonios
de algunas madres forzadas a abortar y maltratadas por Gosnell. Robyn Reid no
quería abortar cuando quedó encinta a los quince años. Su abuela la llevó a la
fuerza y la joven pensaba que, después de explicar al doctor que quería
continuar con el embarazo, él la oiría. Pero la respuesta de Gosnell fue otra: “¡No
tengo tiempo para esto!”. Inmediatamente la desnudó y luchó con ella hasta que
consiguió atarla a una cama sucia mientras la sedaban hasta perder la
conciencia.
Algo similar pasó
en 2010 con Davida Johnson, cuando, encinta de seis meses, acudió a la clínica
del acusado para abortar. Pero ella mudó de idea después de observar a las
otras pacientes de Gosnelll, aturdidas y ensangrentadas en la sala de
recuperación. Mas, en la sala de tratamiento, los auxiliares del médico
ignoraron su negativa: fue agredida e igualmente sedada. Al despertar, ya no
estaba encinta.
Como éstos, hay
muchas otras declaraciones iguales e inclusive más duras, pero que no pudieron
llegar a la opinión pública por el “apagón” informativo del caso (…).
2- Doctor Carlos Morín y 11
trabajadores de sus clínicas http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=16810
3- La tragedia en Sandy Hook,
Newtown, Connecticut, donde fueron muertos 20 niños por un desequilibrado
mental
Fuente: Instituto Plinio Corrêa de Oliveira (Traducción libre)
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