viernes, 21 de junio de 2013

Mientras en otros países se constatan acciones loables para DISMINUIR los abortos, en nuestro País se PORFÍA en querer liberarlos

Hay una pregunta atravesada en la cabeza de muchos: ¿por qué la gran prensa publica - impaciente y apurada - cuanta materia aparece que pretende favorecer el aborto, y al mismo tiempo sabotea los movimientos que defienden la vida de los seres que están en el seno de sus madres?

Se nota eso, por ejemplo, en esta noticia publicada por The Christian Science Monitor. (Llamamos la atención sobre las palabras en negrito).

El gobierno conservador de España está considerando restricciones dramáticas sobre el aborto y ya incrementa el papel de la Iglesia Católica en la educación, revelando una sociedad dividida.

Después de años de movimiento en una dirección socialmente más liberal, junto con el resto de Europa occidental, el gobierno español está haciendo un giro, tratando de reprimir el aborto y hacer volver la Iglesia Católica Romana a un papel destacado en el sistema escolar del país.

Y más adelante afirma:

Ahora el PP está impulsando un polémico proyecto de ley en el parlamento que limita dramáticamente el acceso al aborto.

La noticia es auspiciosa, pero es fácil notar una carga de ironía en la palabra “dramática”. ¿De dónde salió que es dramático defender la vida de los seres en el seno de sus madres?  Dramático sí es el asesinato que contra ellos se quiere imponer.

Sobre calificar de “polémico” ese proyecto de ley, y sobre la “sociedad dividida”, mencionada en el artículo, es preciso decir que hay una división que existe desde que el mundo es mundo: la división entre el bien y el mal.

Y nadie se escapa de estar de un lado o del otro, pues el que piensa que está en el medio en realidad está del lado del mal. La posición correcta es estar del lado del bien y luchar contra el mal. ¡Es evidente!

Y el aborto es un mal. Por eso iremos a VOTAR contra su legalización en el próximo plebiscito. O sea, haremos un acto a favor del bien.

Y debe darnos brío saber que son muchos los movimientos que luchan - en todo el mundo - contra ese crimen nefando. A ellos no los desanima la estrategia de silencio - o de ataque, o de sabotaje - de la gran media. Muy por el contrario, están cada vez más decididos y activos para defender la vida humana desde su concepción. Así también nosotros.

En estos días, debemos hacer algo que es previo al plebiscito. Además de rezar para que Dios nos ayude en nuestra acción - que es de Él mismo - precisamos movernos cuanto podamos para que muchas personas vayan a VOTAR, e insten a otros a VOTAR.

Esa acción es muy fácil. En nuestras conversaciones mostremos lo horrendo que es el aborto, y la importancia y responsabilidad que todos tenemos de VOTAR en el próximo plebiscito, para manifestar nuestra oposición a que se pretenda imponerlo.

Utilicemos también otros medios. La internet, por ejemplo, que permite llegar a un inmenso número de personas. Cada persona multiplica el número de destinatarios a través de su lista particular de e-mails de conocidos.

La consigna es VOTAR contra el aborto. Porque, como venimos diciendo, ¡Dios lo quiere!


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