Según un estudio de la competente psicóloga e
investigadora social norteamericana Judoth Wallerstein, el aumento del número
de niños con problemas psicológicos y psíquicos, así como de adolescentes que
entran en el mundo del alcohol y las drogas, es debido a la separación de los
padres.
Ella afirma: “Ser hijo de un matrimonio que se separó
es un problema que nunca cesa de existir. (…) Matrimonios que viven en una
situación conyugal difícil deberían considerar seriamente la posibilidad de
continuar juntos por el bien de los hijos. (…) Para un niño, la vida después
del divorcio es increíblemente difícil. (…) Está probado también que hijos de
matrimonios separados sufren más de depresión y tienen más dificultad para
aprender”.
Además, la psicóloga americana demuestra en su libro The Unexpected Legacy of Divorce – fundamentado
en centenas de entrevistas – que el divorcio genera un tan grande trauma en los
niños y adolescentes, que produce generaciones de adultos con problemas
mentales.
“Karen, una de mis entrevistadas, en una frase de
cortar el corazón, expresó así sus sentimientos: `El día en que mis padres se
divorciaron fue el día en que mi infancia acabó´”.
En su libro – que obtuvo gran reconocimiento en los
Estados Unidos y llegó a ser tema de tapa de la revista “TIME” de 25/9/2000 –
la autora analiza un grupo de hijos de divorciados en torno de los 40 años. De
estos, apenas 30% se casaron. Y de los que lo hicieron, 50% ya se divorciaron.
Esos datos estadísticos se repiten en estudios semejantes de otros autores.
Fuente: SOS
– Familia
>>>>> Es importante que haga su comentario
y lo comparta aquí con otras personas
>>>>> Inscríbase para recibir las actualizaciones de este blog
>>>>> Divulgue
esta materia
No hay comentarios:
Publicar un comentario