Mons. Jan
Sobilo, obispo auxiliar de Kharkiv-Zaporizhia, del rito latino, afirmó que los
católicos locales están espantados con la aparente indiferencia de los cristianos de otras regiones, según el Servicio
de Información Religiosa de Ucrania (RISU).
“Es como si
el Titanic se estuviese hundiendo [y[ las personas de la vecindad tocasen
música y se divirtiesen”, afirmó. En
entrevista a la Radio María, Don Jan Sobilo exhortó a los católicos de toda Ucrania
a sacrificar su diversión habitual para ayunar y rezar.
“En las
ciudades ocupadas por los mercenarios [rusos], las iglesias católicas de rito
latino están abiertas, pero no se celebran misas debido al peligro”, dijo. Los sacerdotes van visitando las parroquias y, donde
hay condiciones, celebran esporádicamente la misa, como sucede en los tiempos
de persecución.
“En las
ciudades bajo control de militares mercenarios, actualmente no hay sacerdotes. Ellos están
visitando las parroquias en donde es posible celebrar misa”.
En la
ciudad de Kramatorsk, la iglesia del Espíritu Santo fue dañada durante los
combates.
En la ciudad
de Mariupol, en territorio libre ucraniano, los católicos de rito latino están participando
activamente en los preparativos de defensa
de la ciudad contra un ataque de las tropas rusas que puede darse en cualquier momento, a despecho de
las “promesas” de los agentes del Kremlin.
El mensaje
del obispo vale no solamente para Ucrania, sino también para todo el mundo.
El llamado
a la penitencia, al abandono de las diversiones fáciles y livianas, ya fue
hecho por la Virgen en Fátima. Pero,
por lo visto, no fue muy oído. El mundo parece hundido en un océano de indiferencia y pecado.
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