El secretario general de la OEA, José
Miguel Insulza, respaldó la propuesta del Gobierno de legalizar el mercado de
la marihuana. El Gobierno consideró la visita como un espaldarazo a su política
de drogas.
Insulza afirmó – léase “decretó” – que el
proyecto de ley sobre la marihuana que se analiza en Uruguay no generó
"escándalo". ¿Cómo no? ¡Hubo escándalo, sí! Y continúa habiendo. ¿El
Sr. Insulza desprecia lo que piensa la cantidad enorme de personas que rechazan
la liberación de la droga? Se ve ahí el constante método – más que denunciado –
de esconder cosas y tergiversar informaciones.
Expresó el secretario general que
"no hay ninguna disposición a legalizar drogas duras". Con esa
afirmación pretende dar a entender que la marihuana no es una droga “dura”. Y queda
sin saberse qué entiende por droga “dura” y por qué la marihuana no lo es.
Afirmó la posibilidad de “formular
políticas mucho más sistemáticas y más coherentes". ¿Eso quiere decir que
hay que “sistematizar” el consumo de la droga? ¿Y qué son esas políticas
coherentes? ¿Coherentes con qué? Típicas afirmaciones vagas e imprecisas de ciertas
autoridades que conocemos bien.
Sostuvo que la droga genera un problema
de salud pública. ¡Sin duda! Entonces, ¿por qué no menciona los informes
médicos serios, de especialistas, que apuntan para los problemas de salud que
la marihuana genera?
Insistimos. Combata la liberación de la
marihuana. Divulgue que es perniciosa para la salud. Use la internet, las redes
sociales, converse, convenza. Estará defendiendo las familias uruguayas – su
familia – contra ese mal que se quiere imponer, y que va contra la Ley de Dios.
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