La cura del cáncer, con fuertes señales de milagro, de Teresa Daoud – devota católica de nacionalidad Israelí – sacudió Israel, escribió The Blaze.
Ella contó todo el caso al Canal 2 de Israel, que también entrevistó sus médicos y analizó el caso clínico.
Teresa sufría de un cáncer maligno en la pierna, que se desarrollaba rápidamente. Los médicos decidieron entonces amputarle la pierna.
La cirugía fue postergada tres veces por razones burocráticas. Ella interpretó las postergaciones como una señal de que debía confiar más en la oración que en la intervención médica.
El Dr. Jacob Bickels, jefe del Departameto de Oncología Ortopédica del Hospital Ichilov, en Tel Aviv, dijo: “Era claro para mí que ella iba a morir en poco tiempo. Ella es una mujer instruida, inteligente, lúcida, y cuando una persona así toma una decisión sabiendo bien las consecuencias, nosotros la respetamos”.
Teresa iba a rezar en la iglesia católica de su ciudad. Es una iglesia simple, con una gran escalinata, que ahora ella puede subir con naturalidad. Adentro hay apenas una gran cruz, la imagen de Nuestra Señora de Fátima, un cuadro de San Charbel Macklouf y un humilde pesebre.
Milagrosamente, según la prensa israelita, cuando ella estaba en el quinto mes de la enfermedad, las radiografías evidenciaron que el cáncer había desaparecido completamente.
Si alguien me hubiese contado esta historia, yo habría dicho que los dos, la enferma y el doctor, estaban mal de la cabeza. Es imposible”, declaró el Dr. Jacob al Channel 2 de Israel.
Profesor de alta tecnología médica, el Dr. Jacob mostró con radiografías cómo el cáncer, que se desarrollaba de modo violento, había desaparecido pura y simplemente sin ningún tratamiento.
“Yo sentía dolores en mi pie y en mi tobillo, pero al principio tenté ignorar”, explicó Teresa. Los médicos mandaron hacer radiografía y encontraron un cáncer del tamaño de una naranja.
La biopsia reveló tratarse de un tumor maligno que crecía velozmente.
“Para mí fue un choque”, dijo Teresa a la TV, “pero comencé a pensar en mi vida sin la pierna”.
Después de consultas con especialistas en oncología de Israel y de los EUA, la respuesta clínica era unánime: amputar.
Teresa volvió a su hogar en Ussfiya, una aldea árabe cerca de Haifa, y rezó intensamente por su cura.
Tres meses después volvió al Hospital Ichilov para otra consulta con el Dr. Jacob Bickels.
La nuevas radiografías confirmaron que el cáncer había desaparecido. “Yo tuve un choque cuando vi el resultado, no podía creer. Pregunté al doctor si no era una confusión”, dijo ella.
“Yo le pregunté a ella qué había pasado. Ella sonrió ampliamente y dijo: `yo recé´. Yo le mandé sacar nuevas radiografías y el tumor se había reducido de modo impresionante”, contó el Dr. Jacob.
“Yo jamás había visto u oído algo como esto. Yo sé que un cáncer de este tipo no retrocede”, explicó el médico.
Para tener certeza completa, Teresa fue objeto de otra biopsia, que fue realizada por el propio jefe del Departamento de Oncología Ortopédica.
“Este fenómeno no es posible, y no hay ninguna literatura clínica en ese sentido”, concluyó el especialista.
“Cada vez que rezo siento paz y seguridad. Yo tenía miedo, pero estaba en paz”, explicó Teresa.
“El efecto de las cosas que pasan en el alma humana, sobre las cosas que pasan en su cuerpo, es un área donde nosotros entendemos prácticamente nada”, agregó el Dr. Jacob Bickels. “En mi opinión, esto es lo que explica el caso de Teresa”.
“Yo soy un hombre práctico. Soy un cirujano de cáncer. No procuro soluciones en los cielos, pero la única cosa que nosotros hicimos por Teresa fue demorar. Ella de hecho no fue tratada”, concluyó.
“Es un regalo de Dios”, concluye Teresa, a su vez, para la televisión israelí.
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