El día en que la Iglesia celebraba la fiesta de San
Juan Bautista llegó de Egipto la noticia de un nuevo mártir decapitado por su
fe cristiana. Se trata de Mina Rafaat Aziz, conductor de taxi de 20 años. Fue
masacrado en la ciudad de Alejandría, en la calle, por una multitud de
musulmanes, porque tenía colgado en el espejo de su taxi un crucifijo.
El bárbaro atentado fue relatado por fuentes locales a
la agencia Asia News.
Un video amador, filmado por un morador, muestra que,
cuando el taxi de Aziz fue parado, un manifestante vio la Cruz colgada en el
espejo. Rápidamente el muchacho fue sacado del auto a puñetazos y golpes. Los
golpes le causaron la muerte en algunos minutos. Los musulmanes continuaron a
agredir el cuerpo sin vida con salivazos y puntapiés y finalmente lo
decapitaron, dejando el cadáver en la vereda.
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Comentarios de este blog:
Como la historia se repite, es forzoso pensar que hechos
como ese pueden venir a suceder dentro de nuestras fronteras. Ejecuciones
perpetradas por terroristas las hubo en nuestro País, y tal vez no fueron muy
diferentes que la relatada arriba.
Por lo tanto, es sensato precaverse para saber qué
hacer en la eventualidad de que podamos vernos en alguna circunstancia parecida.
Terroristas los hay, y no están tan lejos.
Cabe rezar para que Dios proteja a las víctimas, y
para que Él no permita que las víctimas sean nuestras familias, nuestros hijos,
nosotros mismos.
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