En menos de un mes, dos enormes calamidades se abatieron sobre las Filipinas, país muy poblado de mayoría católica.
El día 16 de octubre, un terremoto de magnitud 7.2 alcanzó especialmente a la isla de Bohol, damnificando severamente grandes y sólidas iglesias coloniales, y el 8 de noviembre, el tifón Haiyan (denominado allí Yolanda) causó cerca de 4.000 muertes.
Por ejemplo, la imagen pintada en una iglesia de Bohol, donde todo el muro se desplomó pero el lugar donde se encontraba la imagen quedó en pie. Igualmente, varias imágenes, sobre todo de Nuestra Señora de Lourdes, se salvaron inexplicablemente.
Entre las ruinas de la iglesia de Nuestra Señora de la Luz, en la ciudad de Loon, los fieles podían invocar la misericordia divina, el auxilio y el perdón ante la imagen de la patrona que fue también salvada de modo asombroso. “El terremoto destruyó la iglesia, pero no alcanzó a nuestra Patrona”, decía el Padre Tom Balatayo.
Durante el tifón Haiyan, una imagen del Sagrado Corazón de Jesús también quedó en pie.
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