El País entrevistó a Monseñor Sturla. Transcribimos tres de sus respuestas.
Pregunta: El gobierno aprobó el año pasado la legalización del aborto. ¿Qué opina?
Mons. Sturla: Creo que hay que mirar para adelante porque la ley ya está aprobada. Y ahí lo importante es la Iglesia que sale a curar heridas de la sociedad, que sigue defendiendo la vida del concebido, desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural.
Pregunta: También se aprobó la legalización de la marihuana. ¿Cómo ve usted, que ha estado en permanente contacto con los jóvenes, esta ley?
Mons. Sturla: Ese es un tema muy complejo. Por supuesto que la marihuana es una droga y es mala. Pero después de escuchar argumentos a favor y en contra, sinceramente, no tengo una opinión totalmente conformada. Creo que los que promueven la ley tienen la buena intención de poner un freno al narcotráfico y de algún modo impedir que nuestros jóvenes den más pasos en la droga. Lo que se ha hecho hasta ahora no ha tenido mucho resultado. La ley que se aprobó tiene fallas pero entiendo que tenemos que buscar formas para salvar a los jóvenes de la droga.
Pregunta:¿Qué opina de la ley que aprobó el matrimonio homosexual?
Mons. Sturla: Lo mismo, ya fue aprobada, hay que mirar para adelante. Yo estoy en contra de esa ley pero creo que lo que vale es la dignidad humana más allá de la condición sexual. Yo defiendo la familia, constituida por hombre y mujer, defender que estas familias sean generosas en la transmisión de la vida y al mismo tiempo sentir un enorme respeto por las personas que forman una pareja homosexual. Es un error llamarle matrimonio, creo que es un error que se les permita la adopción pero entiendo que se busquen soluciones legales.
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La respuesta del arzobispo sobre la legalización del aborto diciendo “que hay que mirar para adelante porque la ley ya está aprobada” podría haber sido más explícita. A pesar de que agrega después que la Iglesia “sigue defendiendo la vida del concebido, desde el primer momento de la concepción hasta la muerte natural”, no deja claro si la jerarquía católica actuará para que la ley sea derogada.
También poco consistente es su respuesta sobre la marihuana. Cuando afirma que no tiene “una opinión totalmente conformada” parece dar poca importancia, o desconocer, la cantidad de informes de instituciones y especialistas que apuntan para las consecuencias graves que la marihuana acarrea. Cuando dice “buscar formas para salvar a los jóvenes de la droga”, alguien puede interpretar que el obispo tal vez considera que una de las formas sea liberarla.
Sobre la homosexualidad, menciona que “ya fue aprobada” y que “hay que mirar para adelante”, pero no dice si la jerarquía católica actuará para que la ley sea derogada. Por otro lado, la afirmación de que “se busquen soluciones legales”, es vaga e imprecisa. Para la doctrina católica, algo que transgreda frontalmente la Ley de Dios no puede ser considerado “solución legal”, para cualquier cosa que sea.
Debemos continuar nuestra lucha contra la liberación del aborto, el llamado “casamiento” homosexual, la marihuana. Haga su parte. Utilice la internet, las redes sociales; converse sobre los temas.
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