martes, 25 de febrero de 2014

FAMILIA – Última moda de las dueñas de casa en Francia

 
Ilustración de Le Figaro Madame con el título “El triunfo de la dueña de casa”
- Es mejor que ir al shopping, ¿no?
- ¡Sí!
- ¡Sí!
En la mesa: tortas y jugo hechos en casa.
 
¿Cómo dejar brillante la plata con bicarbonato de sodio, preparar una exquisita milhojas o tejer una bufanda única?
 
Estos temas volvieron de forma palpitante entre las mujeres del tercer milenio, en Francia, amantes de las tiendas de marcas, profesionales graduadas en universidades.
 
Las "nuevas hadas del hogar" derrotaron a las “working girls” (chicas que trabajan), que en los años 80 y 90 habrían muerto de vergüenza si manifestasen interés por el ambiente doméstico.
 
Según Le Figaro Madame, toda una generación femenina joven y exitosa se deleita con las artes domésticas. Los productos con aire "vintage", o de otra época, hacen furor en el país que una vez fue la patria de mayo del 68 .
 
La tendencia vino de los Estados Unidos, donde el movimiento de las retro wives (algo como esposas que retroceden en el tiempo) está floreciendo. El fenómeno fue extensamente analizado con preocupación por el cotizado diario The New York Times, habitualmente púlpito mediático del feminismo más en la onda.
 
Numerosos blogs estadounidenses (The Glamourous Housewife, The Vintage Wife…) asumen con una punta de provocación la sed de perfección doméstica, en la cocina y en la ropa.
 
Viejas feministas y cerrados sociólogos de universidad se rompen la cabeza para entender lo que está sucediendo. Ellos anunciaron la liberación de la mujer a través del microondas y otras innovaciones, y ahora todo está al revés.
 
El regreso triunfal del “hecho en casa” comenzó de hecho en la cocina. Quedó de buen tono en los años 2000 preparar todo en casa y con las propias manos, desde las pastas a los postres, para mantener la categoría de ama de casa moderna. Un verdadero colmo para los sorprendidos por la tendencia...
 
La Internet , dice la revista francesa, se llenó de una legión de “cocineras petulantes” como Keda Black, Julie Andrieu, Trish Deseine y Alix Lacloche, que vinieron a dar un tono de juventud a la madre dedicada al horno.
 
La  "folie pâtissière" ("locura por los pasteles”) vino a coronar el fenómeno, dice Le Figaro Madame, pues " las manos en la harina es lo que hay de más tradi (tradicional)".
 
Hoy en día, se puede asistir a cursos del tipo "milhojas paso a paso", sin el menor miedo de parecer alienada. Ante la banalización de la cena moderna, vino el deseo de pasar a un nivel superior.
 
Y las nuevas reinas del hogar, dice la revista, dieron el golpe final con el interés por tejer y coser, dos columnas de la sabiduría casera.
 
El sitio We Are Knitters (somos tejedoras), con sus series y tutores con secretos para aprender a tejer y confeccionar bufandas o piezas sublimes con agujas de madera de ley y lanas peruanas, es un ejemplo brillante.
 
Otras jóvenes blogueras invitan a remendar y reformar vestidos, bolsos o joyas por el puro placer de hacer "maison".
 
Para las viejas feministas, se trata de una vil sumisión, pero de acuerdo con el sondaje del Créations & savoir-faire del último mes de noviembre, el 89 % de las francesas piensan que hacer uso de las manos sirve para "descargar las tendencias negativas".
 
La periodista Valérie Saint Pierre, autora del reportaje, se declara totalmente contra la nueva tendencia. Sin embargo, termina confesando: "Yo, entretanto, sin duda quedé fuera de moda”.
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