Dos meses después de la liberación de la marihuana, el Poder Ejecutivo aún no despejó las dudas que muchos sectores tienen en cuanto a su aplicación real y el logro de los objetivos planteados. Una de estas "zonas grises" es la vinculada a las relaciones laborales.
Hasta ahora se ha hablado poco de las consecuencias que este nuevo escenario puede tener en el mundo del trabajo, por ejemplo en la posibilidad de accidentes, o, más en general, en las relaciones entre trabajador y empleador, o en los derechos y obligaciones de cada parte. Varios estudios jurídicos han planteado sus inquietudes en esta materia.
El integrante de la firma Pittamiglio, Rodríguez Folle & y Asociados, el doctor Carlos Pittamiglio Echeverri, entiende que, "aunque es verdad que tanto empleadores como empleados pueden consumir drogas", el que está expuesto a un accidente laboral no es el empleador, es el trabajador.
Para el especialista "es necesario controlar si un trabajador asiste o no a trabajar bajo los efectos de una sustancia psicotrópica”. “Es grave que antes de que se apruebe esta ley haya trabajadores que hayan ido a trabajar bajo los efectos de alguna sustancia psicotrópica y no se controlara".
"Con la droga no se tienen controles y puede haber trabajadores haciendo sus tareas bajo los efectos de alguna sustancia lo cual pone en riesgo, no sólo a los trabajadores sino también a sus compañeros y puede colaborar a aumentar la siniestralidad laboral".
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Comentarios de este blog:
Las hilachas siguen apareciendo. La noticia se refiere a dudas que muchos sectores continúan teniendo sobre los efectos de la marihuana en el trabajo: posibilidad de accidentes y relaciones laborales afectadas.
Y menciona que sobre eso hasta ahora se ha hablado poco. Va quedando cada vez más en relieve el frenesí de la izquierda al liberar la droga a toda costa y a todo vapor, sin tener en cuenta la cantidad de consecuencias graves que acarrea, por ejemplo en el trabajo.
La noticia aborda una de las "zonas grises". Aparecerán otras.
Fatalmente se suma otra aprensión para nuestras FAMILIAS. Aún aquellas en las que no haya drogadictos habrá la preocupación extra de que sus hijos – en el trabajo, o escuela, o liceo – correrán el peligro de verse envueltos en accidentes, discusiones o peleas provocadas por drogadictos.
Utilice la internet, las redes sociales, las conversaciones para aumentar la corriente de opinión que se opone a la liberación de la marihuana. Es necesario conseguir la derogación de la ley que la liberó.
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