Un documento inédito de la Hermana Lucia que se insiere en el conjunto profético de Fátima fue
publicado por el Carmelo de Coimbra, Portugal.
Ese
documento revela cosas nuevas y pasmosas sobre el desenlace dela crisis del mundo que abandonó la Fe y la Civilización Cristiana.
El origen
de ese documento es el siguiente. El Carmelo de Coimbra, donde vivió sus
últimos años y murió (en 2005) la Hermana Lucía, publicó un libro oficial con
el título Un camino bajo la mirada de
María.
Se trata de
una biografía de la vidente de Fátima, redactada por sus hermanas del Carmelo. Incluye
documentos inéditos escritos por la propia religiosa.
Los datos bibliográficos del libro son: Um caminho sob o olhar de
Maria — Biografia da IRMÃ Maria LÚCIA de Jesus e do Coração Imaculado, Carmelo
de Santa Teresa, Edições Carmelo, Coimbra, 2013, 496 pp.
La Tercera Guerra Mundial
Hoy se habla mucho de que vivimos en el conturbado período histórico lúgubremente
inaugurado por la Primera Guerra Mundial.
La Segunda Guerra fue un deplorable desarrollo de la Primera, según la afirmación general de los historiadores más
reputados.
Francisco I y muchas otras voces conocidas vienen
diciendo que el mundo está entrando en la Tercera Guerra Mundial. El Pontífice se refirió a ella en su viaje
de vuelta de Seúl, Corea del Sur.
Él apenas hizo la salvedad de que era una guerra fragmentada, por no haberse
universalizado todavía. Pero constató que la Guerra está creciendo por “capítulos”
y que se destaca por su “crueldad”.
Sin duda, las altas esferas religiosas y políticas
que vienen hablando de esa Tercera
Guerra Mundial piensan sobre todo
en la masacre de cristianos en el Oriente Medio y en la feroz guerra emprendida por la Rusia de
Putin contra los ucranianos, especialmente los católicos.
La era histórica de Fátima
Cuando
esa siniestra sucesión de guerras comenzaba, la Virgen apareció en Fátima, el día 13 de
mayo de 1917, y advirtió sobre sus causas: la decadencia de los
costumbres. Y los medios para evitarla: la reforma
de las costumbres, o penitencia, y la consagración de Rusia.
Dominada
poco después por los errores del comunismo, Rusia habría de ser el instrumento
del castigo, esparciendo tales errores
por el mundo, como también guerras y
persecuciones a la Iglesia y al
Santo Padre, en el caso de que el mundo
no se convirtiese e hiciese
penitencia.
Pero
la Virgen completó que, después de tremendos castigos, al final de esa era de
calamidades, Su Corazón Inmaculado
triunfaría.
Todo
se fue realizando como ella anunció
en Fátima.
Pero los hombres no tomaron en serio las
misericordiosas advertencias de la Virgen.
Una parte del Secreto revelado por la Madre de Dios debería ser publicada en 1960. Sin embargo, el Papa reinante en
ese año, Juan XXIII, la juzgó por demás
terrible y no la dio a conocer.
En el
año 2000, fuera del plazo fijado por
la Virgen, Juan Pablo II mandó publicar
esa parte del Secreto, la cual habla de un Papa (“obispo vestido de blanco”)
atravesando una ciudad destruida, en medio de muchos cadáveres, y padeciendo
por fin el martirio junto con obispos, sacerdotes y fieles.
A su
vez, el Papa Benedicto XVI, en visita a Fátima el día 13 de mayo de 2010 afirmó: “Se engañaría quien pensase que la misión profética de Fátima esté concluida”.
Y
agregó: “El hombre puede desencadenar un ciclo de muerte y de terror, y no consigue
interrumpirlo. La fe en vastas regiones
de la tierra amenaza apagarse como una
llama que no es más alimentada”.
Carmelo de Coimbra
publica inédito manuscrito.
Y así
llegamos a la actual publicación del
Carmelo de Coimbra. El libro tiene un relato,
escrito por la Hermana Lucía, de cómo ella superó
el terror que le impedía escribir el Tercer Secreto de
Fátima.
En el
relato, la Hermana Lucía cuenta que, por vuelta de las 16 horas del día 3 de
enero de 1944, rezando en la capilla del convento delante del Tabernáculo,
pidió a Jesús que le hiciese saber su voluntad. Y escribe ella:
“Sentí
entonces que una mano amiga, cariñosa y maternal me toca en el hombro; levanto
los ojos y veo a la querida Madre del Cielo.
“No
temas, Dios quiso probar tu obediencia, Fe y humildad. Permanece en paz y
escribe lo que te mandan, no entretanto lo que te es dado entender de su
significado” (Obra citada pg. 266).
El
efecto de estas palabras sobrenaturales es descrito así por la vidente:
“Y
sentí el espíritu inundado por un misterio de luz, que es Dios, y en Él vi y
oí:
– La
punta de la lanza como llama que se desprende, toca el eje de la tierra.
– Ella
estremece: montañas, ciudades, villas y aldeas con sus moradores son
sepultadas.
“El
mar, los ríos y las nubes salen de sus límites, transbordan, inundan y
arrastran consigo un remolino; moradas y un sinnúmero de gente que no se puede
contar. Es la purificación del mundo por el pecado en el que se submerge.
“¡El
odio, la ambición provocan la guerra destruidora!
“Después
sentí en el palpitar acelerado del corazón y en mi espíritu el eco de una voz
suave que decía:
- ¡En
el tiempo, una sola Fe, un solo Bautismo, una sola Iglesia, Santa, Católica,
Apostólica. En la eternidad, el Cielo!
“Esta
palabra Cielo llenó mi alma de paz y felicidad, de tal forma que casi sin darme
cuenta, quedé repitiendo por mucho tiempo:
- ¡El
cielo! ¡El cielo!” (Obra citada, pg. 267).
La
edición del Carmelo de Coimbra de ese libro reproduce aún, en la pg. 269, el
facsímil de las páginas del manuscrito de la Hermana Lucía en que se encuentra
el presente texto.
Fue
así que la religiosa recibió fuerzas para escribir el Tercer Secreto.
La
Hermana Lucía concluye el texto citado arriba con la frase: “Apenas pasó la
fuerza mayor de lo sobrenatural, fui a escribir [el Tercero Secreto] y lo hice
sin dificultad, el día 3 de enero de 1944, de rodillas, apoyada sobre la cama
que me sirvió de mesa” (Obra citada, pg. 267).
La
carta con ese secreto llegó a su destino, según confirma el recibo de
recepción, pero no recibió respuesta.
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