De las iglesias
hicieron casa. Continúan a ir a misa. Pero donde había millares de cristianos,
como en Mosul, ahora no hay ninguno.
“La vida de ellos está completamente al revés”, dice a Renascença, desde Irak, un componente de la Fundación Ayuda a la
Iglesia que Sufre (AIS), organización dependiente del Vaticano.
De un día
para el otro, todo cambió para los cristianos en Irak. Entre convertirse al
Islán, o pagar impuesto exigido por el autoproclamado Estado Islámico, o morir,
no tuvieron elección. Dejaron todo atrás.
En medio de la desesperación no sobró tiempo para prepararse. Muchos huyeron con las manos vacías y sin dinero en
los bolsillos.
“Los refugiados
están refugiándose en iglesias,
algunos de ellos están en parques, viviendo en tiendas. A esta altura del año,
las temperaturas llegan a los 43, 45 grados. Son condiciones muy difíciles”,
cuenta a Renascença Regina Lynch,
directora de proyectos AIS.
“Conocemos
una familia que demoró cinco horas para hacer un viaje que normalmente
demoraría una hora y media. Eran 24 personas en un carrito que transportaría
ocho a lo máximo. Esto muestra la forma desesperada
cómo las personas tuvieron que abandonar la región”, cuenta por teléfono.
Con Regina
Lynch están en Irak el presidente internacional de AIS, Johannes von Heereman,
y la directora de comunicación, María Lozano. Quieren conocer de cerca a los
cristianos perseguidos y sus necesidades. Quieren recordarles que no están solos y darles voz.
“Hay
personas que viven en abrigos y que están siendo registradas en este momento.
Hay muchos viviendo con familiares en casas
que están hacinadas. Es difícil
tener un número exacto, pero sabemos que hay cerca de 70 mil refugiados alrededor de Ankawa y 60 mil en áreas al norte de Mosul. Pero a todo momento hay personas
llegando, familias golpeando en la puerta procurando un lugar para quedarse”,
cuenta Lynch.
La AIS ya
recogió y envió más de 230 mil euros para la Iglesia de Irak. El apoyo
permitirá soportar necesidades básicas de millares
de cristianos iraquíes refugiados.
Precisan
urgentemente “alimentos y colchones”. Y alguien que los escuche. “Los
refugiados se vuelven hacia la Iglesia y esperan que la Iglesia los ayude. Que
los ayude a resolver los problemas. Otras veces esperan que alguien pueda
oírlos”.
Hay mucho para contar. En un abrir y cerrar
de ojos, la vida que conocían dejó de existir. En 2003, sólo en Mosul, vivían 35 mil cristianos. Por primera vez en dos mil años no queda ni uno.
“Las
personas que conocemos están muy traumatizadas porque sucedió todo muy rápido.
Los cristianos en Mosul, por ejemplo, pensaban que el ejército del Gobierno iba
a protegerlos. Fue un choque para ellos. La vida de ellos está completamente al
revés”.
La
delegación de AIS llegó el miércoles a Irak para un viaje de cinco días.
Visitaron Ankawa, un suburbio cristiano de la ciudad de Erbil, que acoge muchos
de los que huyeron de Qaraqosh. Pasaron por Dohuk, donde, venidos de Mosul,
cristianos en fuga procuraron refugio. Los de AIS se reúnen con obispos,
visitan refugios, oyen esperanzas y deseos.
“Algunos
dicen que quieren salir, que quieren emigrar. Otros afirman que quieren volver
a sus aldeas, a sus casas, porque están allá hace generaciones y generaciones.
Dicen: `ésta es nuestra casa, ésta
es nuestra historia´”. Pero sólo
pueden volver si hubiere alguna especie de protección internacional, una
garantía de que esto no va a suceder otra vez”.
El Patriarca
Caldeo de Irak, D. Luis Sako se ha desdoblado en apelaciones. A él, ya se juntaron
los obispos de Europa en una carta enviada esta semana al Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas. Piden decisiones urgentes para “poner fin a las atrocidades cometidas contra los
cristianos y otras minoría religiosas en Irak”.
Por el
momento, queda confiar en la generosidad de los que, en el lugar, hacen de todo
para ayudar.
Supimos de
una villa cristiana que no tendría más de 60 familias y que ahora tiene más de
250 familias cristianas refugiadas. Puede imaginarse el impacto que esto tiene
en la comunidad. Las personas son muy generosas. Hacen de todo para ayudar a
los refugiados”.
Poco saben
de lo que vendrá en seguida. “Es difícil para ellos percibir cómo la situación
se va a desarrollar. Algunos nos expresan el deseo, la esperanza, de que un
equipo internacional entre en el país y garantice su protección. Otros esperan
que los peshmerga, las tropas curdas, tomen fuerza para luchar contra el Estado
Islámico”.
Regina
Lynch quedó “muy conmovida con la fe” de los cristianos iraquíes.
“Hoy
hablamos con una señora de edad que tiene una cruz tatuada en la mano y le
contamos cómo hoy en día en Europa son pocas las personas que usan cruces. Ella
respondió: `nosotros preferimos morir a
esconder nuestra cruz´”.
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RELIGIOSA. Clique aquí.
Comentarios de este blog:
Llama la
atención la falta de tacto de la directora de AIS al decir a la señora
refugiada que en Europa son pocas las personas que usan cruces. Pero reconforta y produce admiración la respuesta llena de fe y
devoción de la anciana cristiana iraquí: “nosotros
preferimos morir a esconder nuestra cruz”.
Si, a
juzgar por lo que dice la directora, en Europa son pocas las personas que usan
cruces, no es de extrañar que sea tímida
y parsimoniosa, como lo está siendo,
la ayuda a los cristianos de Irak que están dispuestos
a morir por la Cruz.
Debemos
dar todo el apoyo que podamos a
los cristianos perseguidos y masacrados. Principalmente rezar, pidiendo la protección y el auxilio de Dios y de la Santísima Virgen para ellos.
Convide a sus parientes y
conocidos a que acompañen este blog Familia Uruguaya Cristiana. Envíeles el link del blog: http://familiauruguayacristiana.blogspot.com
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