En Palermo,
Italia, el WC está atrás del altar, bien atrás del
tabernáculo. Y en la iglesia hay carteles
indicando el camino.
Con esa aberración se encuentran los turistas
que llenan la catedral de Palermo, una de las principales atracciones
turísticas y culturales de la ciudad, así como un lugar de oración para
millares de habitantes del lugar.
Evidentemente las personas
se manifiestan chocadas con los
carteles.
“Nunca vi carteles semejantes en un lugar sagrado como una iglesia”. Dice Giuseppe,
en viaje de vacaciones con un grupo de amigos en Sicilia. “Francamente, me
parece ofensivo colocar un baño bien
atrás del altar”.
Espantados, los fieles son obligados de hecho a pasar alrededor de la balaustrada de mármol
que delimita el espacio del altar, para poder llegar al baño siguiendo el
cartel en que está escrito “toilette”.
“Yo no puedo creer”, dice otra
visitante. “Cómo pueden colocar un baño
atrás del altar?
Se trata de
algo extraño a los ojos del público, pero no a los ojos del párroco de la catedral que, según él “desgraciadamente
no hay otros espacios; aquél es el único lugar en toda la catedral donde fue
posible colocar el baño” [?!],
pretende explicar él a la agencia ANSA. “Yo siento mucho por las quejas de los fieles, pero preferimos
prestar un servicio, en vez de no suministrarlo. Entre otras cosas, aquél es un
altar donde nadie celebra misa y en el tabernáculo no está la Eucaristía”.
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