Khiria Al-Kas Isaac, de 54 años es una de las cristianas fugitivas de Irak
que se refugiaron en Curdistán y que cuentan las espantosas – pero al mismo tiempo admirables y heroicas – resistencias a las tentativas de los islámicos para que renieguen del cristianismo.
Khiria y su
marido Mufeed Wadee Tobbiya fueron secuestrados por los seguidores del Corán el
día 7 de agosto.
Sus secuestradores “hablaban diferentes lenguas”, pues, como pasa
con muchos yihadistas, se formaron
en Europa en clima de falso ecumenismo. Los que siguen a
Mahoma amenazaron que los católicos serían decapitados si no se pervirtiesen al Islán.
Entretanto,
cuando Khiria se negó, otras 46 mujeres
hicieron lo mismo.
Ellas fueron
separadas de sus familias y sufrieron torturas
y violencias durante diez días, para
que apostatasen del catolicismo.
“Yo
respondí inmediatamente a los terroristas: nací
católica y voy a continuar así hasta
la muerte. Yo prefiero morir
católica”.
“Jesús
dijo: `aquél que me niega ante los hombres, Yo no lo reconoceré ante mi Padre
que está en los Cielos´”, explicó ella, mencionando el evangelio de San Mateo
(10-33).
Khiria
contó que las mujeres eran golpeadas en presencia de las otras,
para que todas viesen los sufrimientos
que padecía. Sin embargo, ninguna de
ellas capituló bajo las crueldades
que les eran infligidas. “Todas llorábamos, pero nos negábamos a renunciar
a nuestra religión”, dijo Khiria.
Al décimo
día de cautiverio, todas las mujeres fueron reunidas y un seguidor de Mahoma “puso
el cuchillo en mi pescuezo delante de todas las mujeres y
me dijo: “conviértete o serás muerta´”
Khiria
respondió: “Yo soy feliz muriendo mártir”.
Los
yihadistas robaron todos sus bienes, inclusive el dinero que ella
había ahorrado para una operación en la rodilla, y la abandonaron cerca del territorio curdo en día 4 de setiembre, junto
con su marido y otras dos mujeres.
Al día
siguiente, 14 hombres y mujeres fueron expulsados de la ciudad de Qaraqosh, en donde vivían. Pero no
sabían del destino de los cristianos que continuaban presos allá, en las manos
de los chacales del Islán.
Pero quedó sabido que la gracia de Dios es más fuerte que
cualquier artificio del infierno.
Vea en este blog otras materias sobre PERSECUCIÓN RELIGIOSA.
Comentario de este blog:
Esos heroicos cristianos perseguidos deben
contar con nuestras fervientes oraciones.
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