¿Será que Melinda Gates conoce los graves riesgos del anticoncepcional inyectable Depo-Provera?
¿Será que ni los padres católicos, ni los profesores
católicos de la escuela de las ursulinas en que ella estudió en Dallas, ni los
párrocos de Medina, en Washington, le explicaron la profética encíclica Humanae
Vitae, que reafirma la doctrina
atemporal de la Iglesia sobre la
santidad de la vida humana y que rechaza
los métodos artificiales de control de los nacimientos?
¿O será que, así como muchos contemporáneos que se dicen católicos, Malinda Gates
simplemente rechaza esa doctrina?
Melinda
Gates es la fuerza motriz por detrás de una campaña multimillonaria de control
poblacional basada principalmente en inyectar Depo-Provera en mujeres de
color.
Entre por
compañeros del proyecto están las principales empresas y grupos enfocados en
reducir la fertilidad humana, como Pfizer,
International Planned Parenthood
Federetion (IPPF), USAID y el
Fondo de las Naciones Unidas para la Población.
La campaña
comenzó con la Cúpula de Planeamiento Familiar de Londres, realizada en julio
de 2012. Melinda Gates prometió donar 560 millones de dólares. Después,
consiguió más de 2.000 millones adicionales en compromisos asumidos por varios
países (como los Estados Unidos) y organizaciones (como IPPF).
Los
delegados presentes se comprometieron con la estrategia de contracepción
a ser aplicada en 120 millones de mujeres de todo el mundo hasta 2020.
Es fácil
entender por qué Pfizer está envuelta.
Como
fabricante del Depo-Provera, la gigante
farmacéutica debe ganar millones y más millones con una campaña que
comprará prácticamente toda su producción en los próximos años.
El director
de la Pfizer en Nigeria, Enrico
Liggeri, anunció en aquella misma cúpula, que la empresa está expandiendo la capacidad de producción de Depo-Provera en 50%. “Ya
producimos mil millones de dosis de Depo-Provera hasta ahora, y estamos
empañados en producir mil millones más de dosis hasta 2020”.
¡Nada como
tener un mercado subsidiado por el gobierno a favor de sus productos!
No fue
hecha en la cúpula ninguna mención
al hecho de que los contraceptivos hormonales,
como el Depo-Provera, comprometen el
sistema inmunológico de la mujer y la tornan más susceptible de contraer SIDA
y otras enfermedades sexualmente
transmisibles, que, por otro lado, ya tienen proporciones epidémicas en muchos
países africanos.
En cuanto a
IPPF, USAID y el Fondo de las
Naciones Unidas para la Población, su participación dispensa explicaciones. Tienen
en foco el control de la población hace décadas.
El fondo de
la ONU y la IPPF, por otra parte, deben su propia existencia al pavor que había
en la post-Segunda Guerra Mundial de que el planeta llegase a una
superpoblación. La USAID se unió al grupo más tarde, pero ha hecho su máximo
esfuerza para compensar el “tiempo perdido”, especialmente bajo el gobierno de
Barack Obama.
Pero ¿por qué el participación de Melinda
Gates, que no guarda ningún secreto de
decirse católica?
En la
abertura de la Cúpula de Londres, ella declaró que el evento era “un marco importante
en la historia del planeamiento familiar. Estamos asumiendo este compromiso con
mucho más recursos que nunca antes. Estamos colocando a las mujeres en el
centro absoluto de la cuestión”.
Ella llegó
a decir que el deseo universal de que las madres puedan dar a sus hijos “todas
las cosas buenas”, sólo puede ser realizado con el acceso universal a los contraceptivos [!!!] y que “es por eso que estamos todos aquí”.
Ella no
hizo ninguna mención al Planeamiento Familiar Natural, ni a la abstinencia, ni a cualquier enseñanza de su propia Iglesia.
Melinda
Gates declaró, en vez de eso: “Yo soy católica, pero las mujeres precisan tener
acceso a los contraceptivos”. [!!!]
A lo largo
de los años, yo intenté encontrarme con Melinda para conversar sobre estas
cuestiones. Quería contarle que hay mujeres
en África y en Asia recibiendo inyecciones
Depo-Provera sin el consentimiento de
ellas.
Qua las
informaciones sobre los efectos
colaterales, inclusive de riesgo
de vida, les están siendo escondidos. Que hay mujeres africanas que están muriendo por causa de ese contraceptivo.
Yo quería
decir a Melinda que, de acuerdo con la FDA, las mujeres que ella dice que está intentando ayudar “pueden perder la densidad mineral ósea en grado significativo”; pueden sufrir “acciones trombóticas graves (coágulos
de sangre)”, “parada cardíaca y accidente vascular cerebral”, “cáncer de mama”, embarazo ectópico”, “depresión, irrittabilidad y alteraciones de humor”, “irregularidades menstruales”,
“aumento de peso excesivo”… Y la lista aún es más larga.
Yo quería
decirle que las propias mujeres que
ella dice querer ayudar prefieren
agua potable y auxilio para combatir las enfermedades tropicales que están
matando a sus hijos sin necesidad de contraceptivos.
Yo quería
decirle que el Depo-Provera, así como todos esas poderosas hormonas artificiales a base de esteroides, es abortivo, de modo que ella no está apenas impidiendo que almas vengan a existir, sino que también las está matando prematuramente en seguida que
hayan sido concebidas.
Yo quería decirle
a ella que el planeamiento familiar
natural funciona de forma brillante, es un método totalmente natural, no
tiene efectos colaterales y es practicado por un número creciente de mujeres
africanas.
Un cuarto
de las mujeres en edad fértil en Burkina Faso adoptan el planeamiento familiar
natural.
¡Y yo casi
conseguí hablar con Melinda Gates!
Por medio
de un amigo sacerdote, llegué hasta el párroco
de Melinda, esperando ser presentado
a su más famosa parroquiana. Pero él se
negó a ponernos en contacto
cuando supo el asunto sobre el cual yo quería hablar con ella: la Humanae Vitae
y los peligros de la contracepción hormonal.
¿Por qué?
Porque yo
no concuerdo con usted ni con el Sr. Mosher en lo que se refiere al control de
la natalidad”, respondió el párroco a mi amigo sacerdote.
El problema del párroco – y de Melinda Gates,
parece – no era conmigo ni con mi amigo sacerdote. El problema de ellos es con la Iglesia católica, que ya
declaró con toda claridad que la contracepción
artificial y la esterilización
son inmorales.
Steven W.
Mosher, en Aleteia
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Comentarios de este blog:
Los puntos
mencionados son importantes y graves. Pero conviene subrayar que la materia termina muy bien, diciendo lo principal y fundamental:
la Iglesia católica declara que la
contracepción artificial y la esterilización son inmorales.
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