El Cardenal Arzobispo de Bogotá, el Nuncio Apostólico en Colombia, el General de los jesuitas y el Provincial de los jesuitas de Colombia decidieron vetar el escandaloso “Ciclo Rosa Académico” – favorable a la homosexualidad – en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.
Ese “Ciclo” fue considerado una provocación contra la catolicidad de los colombianos y de los estudiantes que frecuentan esa Universidad para recibir formación de acuerdo con la doctrina católica.
Varias conferencias estaban anunciadas sobre temas perversos.
El infame evento se venía dando hace doce años. Entretanto, esta vez los laicos ultrajados decidieron actuar, y la plataforma “Voto Católico Colombia” organizó una recolección de firmas contra ese ciclo, inconcebible en una universidad católica.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Falla, reconoció que las autoridades suspendieron la realización del “Ciclo Rosa” debido a la reacción de los laicos católicos. “Creo que en este momento lo más importante fue la presión que hizo el común de los fieles”, explicó.
Sin esa reacción, todo indica que la jerarquía eclesiástica habría dejado correr el espantoso “Ciclo”, como en los años anteriores.
Los escándalos creados por sacerdotes jesuitas en esa universidad venían quebrando records de blasfemia y falta de respeto.
El Pe. Carlos Novoa SJ., por ejemplo, defendía el aborto; y el Padre Alfonso Llano SJ, exdirector del Instituto de Bioética, publicó textos heréticos en su columna en “El Tiempo” – principal diario de Bogotá – contra la virginidad de la Santísima Virgen.
El “Ciclo Rosa” fue trasladado al Museo de Arte del Banco de la República. Un lugar, por lo tanto, del capitalismo financiero que los progresistas acostumbran atacar cuando dicen que defienden a los pobres, pero que ahora, para manchar a la Iglesia, lo toman como compinche.
El rector de la Universidad, Pe. Sánchez García SJ, quiso responsabilizar a grupos católicos “por los escándalos que hubo en las redes sociales” al denunciar el repudiado evento. Es decir que para él el escándalo está en defender la moral católica y no en transgredirla, como hacen los homosexuales.
Ese “Ciclo” fue considerado una provocación contra la catolicidad de los colombianos y de los estudiantes que frecuentan esa Universidad para recibir formación de acuerdo con la doctrina católica.
Varias conferencias estaban anunciadas sobre temas perversos.
El infame evento se venía dando hace doce años. Entretanto, esta vez los laicos ultrajados decidieron actuar, y la plataforma “Voto Católico Colombia” organizó una recolección de firmas contra ese ciclo, inconcebible en una universidad católica.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), Mons. Falla, reconoció que las autoridades suspendieron la realización del “Ciclo Rosa” debido a la reacción de los laicos católicos. “Creo que en este momento lo más importante fue la presión que hizo el común de los fieles”, explicó.
Sin esa reacción, todo indica que la jerarquía eclesiástica habría dejado correr el espantoso “Ciclo”, como en los años anteriores.
Los escándalos creados por sacerdotes jesuitas en esa universidad venían quebrando records de blasfemia y falta de respeto.
El Pe. Carlos Novoa SJ., por ejemplo, defendía el aborto; y el Padre Alfonso Llano SJ, exdirector del Instituto de Bioética, publicó textos heréticos en su columna en “El Tiempo” – principal diario de Bogotá – contra la virginidad de la Santísima Virgen.
El “Ciclo Rosa” fue trasladado al Museo de Arte del Banco de la República. Un lugar, por lo tanto, del capitalismo financiero que los progresistas acostumbran atacar cuando dicen que defienden a los pobres, pero que ahora, para manchar a la Iglesia, lo toman como compinche.
El rector de la Universidad, Pe. Sánchez García SJ, quiso responsabilizar a grupos católicos “por los escándalos que hubo en las redes sociales” al denunciar el repudiado evento. Es decir que para él el escándalo está en defender la moral católica y no en transgredirla, como hacen los homosexuales.
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