Continuamos el análisis de la materia de ayer.
La noticia dice que en Uruguay la fundación de Soros viene invirtiendo en actividades vinculadas a la discusión del modelo sobre drogas desde 2011, cuando destinó US$ 15.000 para el Debate Nacional sobre Drogas.
Después, la fundación donó cerca de US$ 60.000 para una campaña publicitaria realizada en Uruguay por la organización Regulación Responsable, en apoyo a la nueva normativa.
Pedro Abramovay – director regional para Latinoamérica y el Caribe de la Open Society Foundation, fundación creada y presidida por el multimillonario Georges Soros – refiriéndose al proceso de liberación de la marihuana en Uruguay hizo, entre otras, las siguientes afirmaciones:
"Los países deben poder experimentar el suceso, y es un poco lo que Uruguay hace ahora, tiene el coraje de enfrentar y experimentar esa realidad en un contexto donde podría tener una reacción internacional muy fuerte”. “Este país quiere experimentar una alternativa al camino de guerra, y para eso tiene que tener el apoyo de organizaciones que están comprometidas con los derechos humanos".
La noticia que estamos comentando menciona que quienes quieran cultivar o comprar [marihuana] deberán anotarse en un registro cuyos datos no serán públicos.
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Comentarios de este blog:
Nótese que la Open Society Foundation, viene invirtiendo en el tema marihuana en nuestro País ya desde hace tiempo. Queda patente que el asunto tiene contornos internacionales
Decir que "los países deben poder experimentar…”, es utilizar la típica treta de la izquierda de decir las cosas como si fuesen órdenes, como si todo el mundo debiese estar de acuerdo. El señor Abramovay “decreta” que los países deben experimentar y punto. Simplemente porque él lo dice. Y lo notable es que el “suceso” a que se refiere es el consumo de droga. ¡Vaya suceso!
En cuando al “coraje” de experimentar la liberación de la droga la pregunta es: ¿qué tiene que ver ahí el coraje? Lo que la mayoría de los uruguayos quiere es que la droga no sea liberada, y para eso no se precisa coraje, basta tener sentido común, deseo de preservar las familias de un mal y respeto por la Ley de Dios.
No podía faltar la mención a los tan vapuleados “derechos humanos”, cuya interpretación parece haber pasado a ser propiedad de personas e instituciones de izquierda, solícitos en favorecer delincuentes, y dejar de lado los derechos de personas honestas. Aquí, el “derecho humano” es poder consumir drogas. ¡Qué derecho!
Otra muestra de cómo los planteamientos de la izquierda no son francos, es la afirmación que los datos de quienes quieran cultivar o comprar marihuana no serán públicos. Es decir, saben que los consumidores en el fondo sienten que están haciendo algo equivocado y prefieren no ser reconocidos por la sociedad. Ahí vienen las autoridades y les garantizan el anonimato, como diciéndoles: “Fumá droga tranquilo que nadie lo va a saber”. Otra prueba del empeño de la izquierda en liberar la droga.
Debemos mantener y aumentar el ímpetu y la fuerza de nuestra oposición a la liberación de la marihuana. Hable sobre el tema, dé argumentos contra la droga, en la internet, en las redes sociales, en las conversaciones. Cada acción en ese sentido le atraerá las bendiciones de Dios y la Virgen.
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