martes, 8 de abril de 2014

PERSECUCIÓN RELIGIOSA – El Cristianismo crece en Irán, a pesar de la persecución fundamentalista

Se sabe que desde la ascensión del ayatolá Jomeini en Irán, en 1979, y la imposición de la Sharia (ley islámica que castiga con la pena de muerte a los que apostatan del Islán y a los musulmanes que se convierten a otra religión), el cristianismo está creciendo vertiginosamente.
 
Numerosos líderes y fieles cristianos son encarcelados en prisiones de máxima seguridad y torturados por el mero hecho de haberse convertido al cristianismo.
 
Un reciente informe de la ONU concluyó que la persecución a los cristianos en Irán llegó a niveles sin precedentes.
 
Líderes del Consejo Supremo de la Revolución Cultural Islámica de Irán declaran que los occidentales (léase cristianos) son una tropa de animales, corroborando las palabras del Corán que califica a los judíos y cristianos de descendientes de monos y de cerdos, respectivamente.
 
Hay ayatolás que dicen que el cristianismo es una religión de enfermos mentales y los médicos de la República islámica “medican” contra la “enfermedad” del cristianismo, con la ejecución.
 
El número de cristianos en Irán era minúsculo antes de la Revolución Islámica de 1979, pero hoy el cristianismo está creciendo más rápido que en cualquier otra parte del mundo: 19,6% por año.
 
Todd Nettleton, Director de Desarrollo de Medios de la Voz de los Mártires confirma que está "creciendo a un ritmo absolutamente fenomenal".
 
Está habiendo un colapso en el número de iraníes que van a las mezquitas.
 
En 2010, Mohammad Ali Ramin, Viceministro de Orientación Islámica y Cultura para Relaciones con los Medios, admitió sorprendentemente: "Hacemos un llamado a todos los clérigos a abandonar cuestiones cívicas y políticas, asuntos partidistas, las ONGs y las organizaciones de tipo occidental y volver a las mezquitas. Tenemos que ser capaces de poner nuestro clero para el uso adecuado, ya que la asistencia [a las mezquitas] ha disminuido".
 
La Sharia, la ley islámica, tanto para los sunnitas como para los chiítas, discrimina a los judíos y cristianos – dhimmies – que viven en los países musulmanes como ciudadanos de segunda clase. De esa forma buscan presionar en todos los niveles a convertirse al Islam.
 
Los dhimmies tienen que  pagar un impuesto punitivo . Las sinagogas e iglesias tienen que ser más bajas que las mezquitas. Los cristianos no pueden tocar las campanas de las iglesias ni exhibir cruces, ni pueden tener funerales o celebraciones religiosas en público.
 
Está completamente prohibido construir nuevas iglesias, y los convertidos al cristianismo son calificados de traidores del país y del Islán.
 
Sin embargo, el número de cristianos crece.
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