El obispo de Springfiel (Illinois), Don Thomas J. Paprocki, apoya claramente a los sacerdotes que niegan la Comunión a los políticos que se declaran católicos pero cooperan con proyectos contrarios a las enseñanzas de la Iglesia.
El sitio LifeSiteNews notició que el obispo ratificó plenamente la decisión de un sacerdote diocesano que rehusó la Eucaristía al senador Dick Durbin. Este político sustenta la asociación abortista Naral Pro-Choice.
El editorialista católico Matt Abbot divulgó que el escandaloso senador “fue informado hace años por el responsable de la parroquia del Santísimo Sacramento de Springfield que no podía recibir la Santa Comunión por causa del canon 915 del código de Derecho Canónico”. El senador acató la prohibición.
El canon 915 establece textualmente que “no deben ser admitidos a la Sagrada Comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave”.
El cumplimiento de esta norma legal provoca debates y hasta ira en los medios de comunicación y en los enemigos de la Iglesia.
Tampoco es bien aceptado por ciertos obispos de la línea “progresista” o amigos de gobiernos de izquierda, que arguyen a veces un falso sentido de caridad o de misericordia.
La doctrina genuina de la Iglesia responde – explica LifeSiteNews – que negar la Eucaristía a aquellos que están en pecado grave es auténtica caridad, pues impide que el pecador público practique un sacrilegio merecedor de la perdición eterna.
Además, aleja al pueblo cristiano del escándalo.
En el Vaticano, el Cardenal Raymond Leo Burke, Prefecto de la Signatura Apostólica – máximo órgano de Justicia – también subraya que negar la Comunión en esos casos es un acto de “caridad pastoral” por las razones expuestas.
Este canon era otrora universalmente respetado, incluso por los anticatólicos. Entretanto, aplicarlo hoy se volvió un acto de coraje para obispos y sacerdotes, los cuales sufren hasta amenazas de destitución del cargo por grupos exaltados u otros eclesiásticos “progresistas”. Son también albo de presiones políticas de parte de elementos mancomunados con la subversión en el seno de la Iglesia.
Por eso – agrega LifeSiteNews – son pocos los obispos como Don Paprocki. Pero los que actúan como él en este punto son verdaderos ministros de Jesucristo, llenos de amor por su Santísimo Cuerpo y por la salvación de las almas. Y muestran el verdadero camino del futuro de la Iglesia.
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