Nuevos testes psicológicos confirmaron que bebés de pocos meses ya dan evidencias de tener sentido moral y noción instintiva de lo que está bien y lo que está mal.
El psicólogo canadiense Paul Bloom de Yale, su colega (y esposa) Karen Wynn y otros investigadores reunieron evidencias a favor de la idea de que los seres humanos ya tienen un "sentido moral" desde la cuna.
En una, los niños, de un año solamente, vieron un espectáculo de títeres en la que una marioneta tiraba una pelota a dos compañeros .
El primero de ellos, con la debida cortesía, devolvía la pelota al primera muñeco;,el segundo agarraba la pelota y salía corriendo. Uno de los niños que asistían al espectáculo no tuvo dudas: dio un golpe en el personaje "malo".
En el experimento de marionetas, bebés de apenas tres meses (que no tienen suficiente coordinación motora suficiente para agarrar cosas, y mucho menos para dar golpes en el muñeco malvado) ya muestran su aparente preferencia por el personaje bueno, dirigiendo su mirada preferentemente hacia él.
Niños un poco mayores en general acostumbran "recompensar" al muñeco bueno y castigar al malo cuando tienen esa oportunidad.
Por ejemplo, si los investigadores fingen que cada muñeco se ha ganado una golosina después del espectáculo, los niños deciden sacarle la golosina al personaje que no devolvió la pelota.
Además de la dirección de la mirada y del tiempo que los bebés pasan mirando algo, los investigadores también utilizan medidas como el ritmo de los corazoncitos de sus "voluntarios" y la intensidad con que ellos chupan los chupetes.
Los resultados muestran que, antes del año de edad, los niños tienden a preferir los personajes de dibujos animados que ayudan a los otros, y no a los que a los que son torpes o simplemente se quedan sin hacer nada.
Con poco más de un año, ofrecen ayuda de forma espontánea (para cargar cosas o abrir puertas, por ejemplo) para personas mayores desconocidas.
Para Bloom, el conjunto de esos descubrimientos sugiere que la mayoría de los niños nacen con nociones incipientes de lo correcto e lo incorrecto.
Por lo tanto queda cada vez más claro que el sentido moral, la distinción entre el bien y el mal, la verdad y el error, lo bello y lo feo, está inscrito en lo más profundo de la naturaleza humana.
Precisamente, la perfección de la moral y de la religión católica se evidencia también en la feliz promoción y estímulo del desarrollo natural de esa noción anterior a cualquier concepto o teoría.
La llamada "ideología de género", basada en el desconocimiento de ese instinto moral fundamental, se muestra una vez más como una violencia contra la naturaleza humana.
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